Todos disponemos de un botiquín doméstico en casa y su revisión es una labor muy importante que debes realizar cada 6 o 12 meses. Todos aquellos medicamentos caducados, en desuso o en mal estado de conservación o también medicamentos que por exigencias de temperatura o luminosidad no habías guardado correctamente, llévalos al Punto SIGRE junto con su caja y prospecto. De esta manera, ayudarás a cuidar de tu salud y del medio ambiente.
Pero ¿sabes realmente cómo hacer una correcta revisión de tu botiquín, qué debe contener y dónde ubicarlo?
Es importante guardar los medicamentos con su prospecto y envase original. De esta manera dispondrás de la información necesaria, como es el caso de la fecha de caducidad y las condiciones de conservación, que te facilitará la labor de revisión.
Asimismo, debes ir guardando en el botiquín los envases vacíos (frascos, blísteres, aerosoles, ampollas, etc.) y las cajas de cartón, conforme vayas finalizando los medicamentos para llevarlos al Punto SIGRE. Esto es muy importante pues los envases siempre contienen restos del fármaco y, además, nos sirven para realizar una mejor clasificación para su adecuada gestión medioambiental.
No almacenes nunca en el botiquín dosis sobrantes de tratamientos prescritos por el médico. Estas también hay que llevarlas en sus envases al Punto SIGRE de la farmacia al finalizar el mismo, así evitas el riesgo de una automedicación inadecuada con las consecuencias que esto puede derivar, como las resistencias antimicrobianas.
Si tienes dudas, siempre puedes acudir a tu farmacéutico habitual, quien te asesorará adecuadamente para poder hacer una buena gestión de tu botiquín.
Tu botiquín debe, ante todo, estar en un sitio fresco y seco, por lo que se debe evitar el baño y la cocina al ser espacios que generan más humedad y cambios bruscos de temperatura. Guárdalo en un sitio donde la luz no incida de forma directa sobre los medicamentos y asegúrate que está en un lugar fuera del alcance de los niños.
Además, ten en cuenta las condiciones de conservación de cada medicamento, ya que pueden requerir una determinada temperatura o tener una efectividad limitada una vez abierto el envase. Guárdalos siempre con su caja y prospecto original, así podrás consultar siempre la fecha de caducidad o la dosis recomendada.