n.º 84 julio 2023

ENTREVISTA

Entrevista al Director General de Farmaindustria, Juan Yermo

Nos encontramos a medio camino de la fecha marcada para lograr los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS). ¿Cómo contribuye la industria farmacéutica a estos objetivos planteados por Naciones Unidas para 2030?

La industria farmacéutica trabaja para mejorar la salud y la calidad de vida de las personas y fomenta un modelo económico basado en el empleo cualificado, la investigación, el desarrollo y la innovación. Por ello, es uno de los sectores clave a escala global a la hora de lograr que en 2030 los ODS sean una realidad. Así, el sector contribuye específicamente a 6 de los 17 Objetivos fijados por la ONU. Está plenamente implicado en el Objetivo 3, dedicado a Salud y Bienestar, puesto que los nuevos medicamentos son responsables del 73% del aumento de la esperanza de vida lograda en las últimas décadas. La actividad del sector farmacéutico ha hecho posible progresos antes impensables en el abordaje de las enfermedades más graves y prevalentes, logrando en algunos casos la curación, como ha ocurrido con la hepatitis C, y en otros muchos, el control de los síntomas y la cronicidad de patologías que eran mortales, como es el caso del sida.

También las compañías contribuyen al quinto ODS, Igualdad de Género, de manera más que destacada. Al margen de los programas dedicados a la igualdad y diversidad, la conciliación laboral, el acoso y la violencia de género en cada compañía de forma individual, el sector presenta uno de los índices más altos de presencia femenina en puestos directivos (44,8% de mujeres en los comités de dirección y un 20,3% de mujeres CEO). También es muy destacable la presencia femenina en una de las áreas más críticas para el sector, como es la I+D, donde dos de cada tres puestos están ocupados por mujeres, según los datos de la última Encuesta de Empleo de Farmaindustria.

Otro de los objetivos donde es más relevante la contribución de la industria farmacéutica es el octavo, que persigue promover el crecimiento económico. La industria farmacéutica, como líder en inversiones en I+D y en empleo de calidad, constituye uno de los sectores tractores para las economías desarrolladas y tenemos las cifras que lo apoyan: 1.267 millones de euros de inversión en I+D (20% del total de toda la industria); sector industrial con más personal investigador (más de 6.000 personas); produce por valor de 17.500 millones; 103 plantas de fabricación de medicamentos de uso humano en España; exportaciones por valor de casi 27.000 millones de euros, y más 60.000 afiliados a la Seguridad Social en el primer cuatrimestre.

En la misma línea que el anterior, el Objetivo 9 se centra también en la vertiente económica y productiva, destacando la importancia de las infraestructuras de calidad, la contribución de la industria al empleo de calidad (93% indefinido), el aumento de la investigación científica y la mejora de la capacidad tecnológica, señas de identidad todas ellas de la industria farmacéutica. El Objetivo 12, de Producción y Consumo Responsables, también forma parte de las actuaciones de la industria farmacéutica en España, en la medida en que es el principal impulsor de SIGRE, una entidad sin ánimo de lucro cuya actividad se centra en el reciclaje y tratamiento medioambiental de envases y residuos de medicamentos.

El último de los Objetivos de Desarrollo Sostenible se centra en uno de los ámbitos más destacables para la industria farmacéutica: la capacidad de lograr alianzas para alcanzar objetivos conjuntos, una forma de actuar que es habitual en el sector tanto en el terreno de la I+D como en el de la sostenibilidad y la cooperación con países en vías de desarrollo (Objetivo 17).

Como ve, de ahí mi extensa respuesta, éste un sector comprometido y consciente de que aún queda mucho por hacer hasta 2030 y en los años sucesivos. Aunque los cimientos están puestos.

 

Cada vez existe una mayor comprensión sobre cómo afecta el medio ambiente a la salud dentro del concepto holístico “One Health”. ¿Cuáles con las bases del compromiso de la industria farmacéutica con el medio ambiente?

Prevención, gestión de los residuos y concienciación ciudadana son las tres líneas básicas en las que se centra la actuación de las compañías farmacéuticas para la protección de nuestro entorno. Sobre la prevención, me gustaría destacar que uno de cada tres productos que se comercializan en España incorpora ya mejoras para la protección del medio ambiente; se ha reducido en más de un 25% la cantidad de embalaje por unidad, y ya son más de 3.000 las mejoras ambientales que la industria farmacéutica ha aplicado a sus envases.

En segundo lugar, las compañías farmacéuticas están volcadas en la gestión medioambiental de los restos de medicamentos y envases, consistente en la recogida, clasificación, tratamiento, reciclaje, valorización o eliminación de residuos basada en la normativa europea en una planta puntera ubicada en Tudela de Duero (Valladolid). Y, en tercer lugar, el trabajo de concienciación: ya el 86% de los hogares españoles recicla los medicamentos. Y todo ello, a través de SIGRE, una iniciativa pionera, social y medioambientalmente responsable, que fue puesta en marcha hace 22 años por la industria farmacéutica, en colaboración con las farmacias y la distribución.

Además, la sostenibilidad medioambiental de las plantas de producción ha sido otra gran prioridad en los últimos años en el sector; de hecho, la industria farmacéutica es una de las industrias más sensibles y desarrolladas en este campo, como demuestra que la ratio de consumo de energía por empleado se ha reducido más de un 8% en los últimos tres años. Asimismo, las plantas industriales están tomando conciencia de la importancia de garantizar el origen de la energía que consumen: el sector alcanza casi el 70% de su energía con garantía de origen renovable.

 

La industria farmacéutica innovadora siempre se ha caracterizado por la búsqueda de alianzas para afrontar con éxito nuevos desafíos. Un claro ejemplo de alianza sectorial es SIGRE. Tras más de dos décadas de funcionamiento, ¿cómo valora los logros alcanzados con esta iniciativa medioambiental?

En primer lugar, quiero destacar que SIGRE es una historia de éxito, basada en un proyecto pionero e innovador, en línea con la esencia de la industria farmacéutica. Su labor ha situado a España como referente internacional en la recogida y reciclado de los medicamentos y sus envases. Tras más de 20 años de trabajo, calculamos que se ha logrado evitar la tala de más de 165.000 árboles y ahorrar más de 350 millones de kW/hora, más de 300 millones de litros de agua y alrededor de 55 millones de litros de petróleo.

Son sólo algunas cifras destacadas que debemos seguir mejorando, pero que son la muestra de que el sector farmacéutico es una industria sostenible, que permite cerrar ordenadamente el ciclo de vida del medicamento, y consolida un modelo eficiente, en el que la sostenibilidad y el beneficio del conjunto de la sociedad son los vectores que marcan los ámbitos de actuación de este sector.

 

Hablando de nuevos desafíos, recientemente se ha aprobado el Real Decreto 1055/2022, de envases y residuos de envases, que incluyen nuevas obligaciones que afectan de forma directa a las compañías farmacéuticas, entre las que destaca la exigencia de organizar y financiar la gestión de los envases comerciales e industriales. ¿Cómo está organizando la industria el cumplimiento de estas nuevas obligaciones?

El reto para todo el sector empresarial español es muy grande; se estima que se generan unos 8 millones de toneladas anuales de residuos de envases comerciales e industriales, con un coste de gestión de unos 2.000 millones de euros. Para nuestro sector el reto se cifra en unas 35.000 toneladas al año, similar a la que ahora se gestiona para residuos de envases domésticos, pero con una tipología más variada (envases inmediatos, externos, de agrupación y de transporte), y con más de 150.000 puntos generadores de estos residuos.

SIGRE viene trabajando desde hace meses para apoyar a las compañías farmacéuticas ante este nuevo escenario y proponer la mejor manera de abordar colectivamente este reto. Considero que la ampliación de SIGRE representa la mejor alternativa para organizar y financiar la gestión de los residuos de envases comerciales. Porque no hay certeza de que otro sistema intersectorial reúna las condiciones necesarias para hacerse responsable único de la gestión de estos residuos: la industria no puede depender de decisiones de terceros y poner en riesgo el cumplimiento de estas nuevas obligaciones legales.