n.º 62 diciembre 2017

ENTREVISTA

Dª. Carmen Peña, Presidenta de la Federación Internacional de Farmacéuticos

Desde la perspectiva internacional que le proporciona su actual cargo, ¿cómo valora el modelo español de reciclaje de medicamentos de SIGRE y su contribución al cuidado del medio ambiente y de la salud pública?

El modelo español de gestión de residuos de medicamentos SIGRE es un modelo de excelencia, un modelo pionero en Europa, que debería ser exportado a aquellos países del mundo que no tengan todavía un Sistema de Gestión de Residuos de Medicamentos implantado.

SIGRE garantiza la recogida y tratamiento de los residuos generados, lucha contra la contaminación ambiental, contra las resistencias antimicrobianas y también contribuye a evitar las falsificaciones.

A nivel global, ¿se puede afirmar que el farmacéutico está comprometido en su actividad profesional con el cuidado del medio ambiente?

Por supuesto, de hecho la Federación Internacional de Farmacéuticos (FIP) dispone de un grupo de trabajo “Productos farmacéuticos y medio ambiente” y un documento de referencia “Green Pharmacy Practice“ que describe las diferentes formas en que los medicamentos pueden llegar a nuestros suministros de agua, suelo y atmósfera, y expone el nivel de responsabilidad que los profesionales de la salud, y en particular los farmacéuticos, tenemos para minimizar el impacto medioambiental de los medicamentos.

Este documento pretende aumentar la conciencia en nuestra profesión para proteger nuestro medio ambiente y, a través de él, la salud de nuestras comunidades. También es útil, pues aporta visibilidad ante los políticos, legisladores y gestores, sobre el crucial papel de los farmacéuticos en este tema.

La sostenibilidad es uno de los puntos clave del Plan Estratégico de la FIP ¿Qué papel puede jugar el farmacéutico para contribuir a la sostenibilidad ambiental?

El farmacéutico, como experto en el medicamento, tiene un papel clave como agente activo en la sostenibilidad ambiental, pudiendo contribuir de forma decisiva al cumplimiento de algunas de las metas propuestas en la nueva Agenda de Desarrollo Sostenible para 2030.

Los farmacéuticos pueden y deben ayudar a minimizar el impacto ambiental de los medicamentos durante la producción, distribución, dispensación y también en la eliminación y gestión de sus residuos. Es por ello que, debemos dejar de percibir las medidas medioambientales como un obstáculo y considerarlas como una oportunidad para ayudar al medio ambiente.